El archipiélago de las Maldivas podría desaparecer debajo del mar en menos de dos décadas. En respuesta, se desarrolló la isla artificial de Hulhumalé.
Una de las consecuencias del cambio climático es el aumento del nivel de las aguas del océano. Esto tiene en vilo a los habitantes del archipiélago de las Maldivas, territorio que cuenta con el 80% de su superficie flotante a menos de un metro de profundidad sobre el nivel del mar.
Ante el apocalíptico hundimiento de las islas, el ex presidente Mohamed Nasheed anunciaba en 2008 un plan para comprar tierras en otros lugares. La idea era reubicar a la población maldiva en territorios de Sri Lanka, India o Australia.
Maldivas también afronta un gran problema de infraestructura de servicios. El agua salada contamina las reservas de agua potable y la logística para el abastecimiento de los principales servicios es un reto abismal del urbanismo.
Por aquel entonces, se decía que la construcción de islas artificiales no estaba contemplada como una alternativa real para la mudanza de la población. Pero desde 1997, Maldivas venía llevando adelante el desarrollo de la isla-ciudad artificial Hulhumalé.
Una utópica isla artificial para ganarle tierra al agua
Hulhumalé es una extensión la ciudad de Malé, capital de Maldivas y la urbe más poblada del país. También se la conoce como la “ciudad de la esperanza”.
La construcción avanza a 8 kilómetros de Malé, utilizando millones de metros cúbicos de arena extraídos del fondo marino. Con este territorio artificial se busca una solución al hacinamiento en que viven los 130.000 habitantes de la capital, que posee solo 2,5 kilómetros cuadrados.
En la “ciudad de la esperanza” se prevé triplicar la oferta habitacional con viviendas sociales de calidad, viviendas de lujo y espacios recreativos.
Hulhumalé es también un proyecto urbano de desarrollo sostenible, que contará con transporte eléctrico, un tercio de alimentación por fuente de energía solar y recolección de aguas pluviales. Además, la orientación de los edificios está pensada para reducir la acumulación de calor y el diseño de las calles permitirá aprovechar el viento, reduciendo la dependencia del aire acondicionado.
Esta isla artificial se está desarrollando en fases. La primera comenzó en 1997 y se completó en 2002 con la construcción de 188 hectáreas. En 2004, Hulhumalé recibía a sus primeros mil habitantes.
Hacia 2019, 50.000 personas ya vivían en las ampliadas 244 hectáreas de la isla. La previsión es que Hulhumalé llegue a albergar hasta 240.000 maldivos, en una superficie de 432 hectáreas.
