Hay dos equipos bien definidos: lavar a mano o usar el lavavajillas, hasta para una cucharita de café. El tema es que no existe término medio, pero ¿qué será más conveniente y qué tan seguros estamos de que se ahorra más de un modo o del otro?
Hay algo básico y fundamental: lavar los platos no es algo agradable. Quizá sea algo más popular en verano, pues podemos usar agua helada. Sin aire acondicionado, puede ser un hermoso momento.
Dejando eso de lado, no cambia el resto. Sobre todo si tenemos que lavar muchas ollas y utensilios sucios. Solo resta el arrepentimiento. El mundo, sin embargo, se divide en los dos grupos mencionados.
El tema es que no existe término medio, pero ¿qué será más conveniente y qué tan seguros estamos de que se ahorra más lavando a mano o en el lavaplatos?
Al lavar los platos no debes cometer todos estos errores
Un error muy común con el lavavajilla, es que, a menos que se trate de una sartén que requiera un raspado, enjuagar los platos primero representa un desperdicio de agua. Hay que considerar la falta de agua que afecta al mundo entero. Pero no acaba aquí.
Poner en marcha el lavavajilla para cada comida también es un error, pues desperdicia agua y energía. Si no se puede esperar a la noche para una carga completa, es recomendable lavar a mano. En cualquier otro caso, lo mejor es ahorrar usando el lavavajilla.
Se puede ahorrar hasta un 80% de agua, según la Universidad de Bonn. Consume aproximadamente 88 litros de agua, mientras que se gastan 103 litros lavando a mano. Usando este electrodoméstico, entre todos, podríamos ahorrar 32000 litros de agua anualmente.