En Filipinas, una rareza geológica despierta la curiosidad de los viajeros. Se trata de las Colinas de Chocolate y existen algunas teorías sobre su formación.
Cuando pensamos en Filipinas como destino turístico, no podemos dejar de lado sus increíbles playas y sus tesoros milenarios como Binondo, el barrio chino de Manila, o la ciudad amurallada de Intramuros. Y si no las conocías, ahora también puedes incluir en la lista el misterioso atractivo turístico de Chocolate Hills.
Las llamadas Colinas de Chocolate se encuentran en la isla de Bohol. Este lugar ha sido propuesto para ser incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y es considerado uno de sus íconos nacionales filipinos. ¿Y por qué? Porque no son unas colinas cualquiera…
Estas maravillas naturales están conformadas por 1.776 montículos con forma de cono, que se extienden por una superficie de más de 50 kilómetros cuadrados. En en las épocas de lluvia, las colinas están cubiertas de vegetación; pero, cuando el verde desaparece en la temporada seca, adquieren un tono marrón y parecen gigantescas trufas de chocolate. De ahí viene su nombre.
Para algunos podrán tener la forma de hormigueros gigantes que se levantan desde el suelo; para otros, de perfectas montañas de chocolate. Sea cual sea la percepción que tengas, son un atractivo turístico. En dos de estos conos, los visitantes encontrarán el Complejo Chocolate Hills tras subir 214 escalones.
Las Colinas de Chocolate y sus leyendas
Alrededor de estas rarezas geológicas se han tejido las más diversas y asombrosas historias. Una milenaria leyenda filipina cuenta que dos gigantes se pelearon, atacándose con bolas de fuego y arena, las que cayeron en esta geografía y dieron lugar a las colinas.
Otro relato de los lugareños, menos violento y más romántico, dice que las colinas se formaron por las lágrimas secas del gigante Arogo, que lloró por la pérdida de alma gemela, Aroya. Otros señalan que son las ruinas de una civilización perdida.
La ciencia, en tanto, explica que estas formaciones son el resultado de un proceso de sedimentación originado en los fondos oceánicos, cuya base es piedra caliza y el depósito de esqueletos de criaturas marinas y corales.
Tras millones de años, los movimientos tectónicos y la sedimentación elevaron las colinas submarinas hasta la superficie. La forma actual que conocemos se creó por acción de la erosión del viento y el agua.
La belleza de la isla de Bohol
Las Colinas de Chocolate son formaciones naturales características de la topografía de la isla de Bohol. Si quieres visitarlas, se recomienda que lo hagas en la temporada de sequía, que coincide con el mes de mayo, cuando adquieren toda la textura amarronada. Fuera de esta época, las colinas reverdecen por las lluvias.
En esta isla, una de las 7.000 que hay en Filipinas, también pueden encontrarse terrazas que son aprovechadas para el cultivo de arroz y son preciosas postales para los ojos del viajero.
Otro atractivo del lugar es la Fundación Filipina de los Tarseros, una reserva de conservación de tarseros, que son pequeños y tiernos animales en vías de extinción.