Se han registrado al menos 420.000 muertes a causa de la contaminación de alimentos. Las precauciones deben ser prioritarias.
El problema de la contaminación alimentaria proviene principalmente del cambio en el modo de conservar los alimentos. En el pasado no existían tantas sustancias artificiales para evitar que los alimentos se echasen a perder, algo que en los últimos años ha cambiado drásticamente. La lista de las sustancias conservantes se ha ido engrosando, y por consecuencia nuestra salud ha tenido que pagar las consecuencias.
Ahora bien, a pesar de que se han realizado numerosos estudios para establecer el origen de muchas enfermedades vinculadas con la alimentación, no es un caso cerrado en absoluto, pues existen notorias discrepancias entre los expertos. Gracias al trabajo de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) fue posible evaluar los mejores estudios llevados a cabo recientemente. A continuación veremos qué pudo sacarse en limpio.
Según la FAO, algunos alimentos pueden ser causar enfermedades e incluso la muerte
«La seguridad alimentaria es responsabilidad tanto de los gobiernos como de las empresas. Es una necesidad de carácter absoluto la prevención del aumento de las enfermedades causadas por los alimentos». Esas fueron las palabras del director general de la FAO, Qu Dongyu, en relación al último informe lanzado por el organismo que preside.
A partir de la recopilación y análisis de los mejores estudios en la materia, se pudo saber que tan solo el año pasado cerca de 420.000 personas murieron por culpa de alguna enfermedad vinculada con la alimentación. Y los casos parecen ir en aumento. Sin ir más lejos, ese mismo año se registraron casi 600.000 casos de enfermos por la misma causa. Una cifra realmente alarmante.
Si bien las razones por las que los alimentos pueden llegar a ser potencialmente mortíferos son bastante diversas (bacterias, virus, parásitos, etc.) y por lo tanto difíciles de prever, hay algunas que dependen exclusivamente de técnicas específicas para conservar los alimentos, es decir, de la utilización de sustancias químicas muchas veces tóxicas y perjudiciales para el organismo. La FAO, por lo tanto, ha realizado un llamamiento a gobiernos y empresas para que no dejen de observar la normativa vigente, y para que cumplan su parte en la solución de este gran problema que es la contaminación alimentaria.