Por si no lo sabías, además de saborearlo, hay mucho más que el melón puede darte. Las semillas pueden convertirse en grandes aliadas de tu salud, sólo basta con que sepas usarlas.
Si no conoces la forma, este es el lugar indicado para aprenderlo. Solo sigue leyendo y descubrirás todos los beneficios de la fruta del verano por excelencia. Las propiedades beneficiosas de las semillas del melón, que seguramente siempre has tirado, son realmente efectivas para contrarrestar la molesta hinchazón abdominal.
Compuesto en un 90% por agua, esta hortaliza es un excelente diurético para eliminar líquidos superfluos. Aunque hay que tener cuidado con la clásica combinación con el jamón crudo porque la hinchazón abdominal será peor.
Más allá de esa variante, las semillas también son comestibles. Solo hay que limpiar a fondo y eliminar los filamentos que protegen las semillas. También hay algunas recetas deliciosas como tostarlas. No se tira nada y resta conocer los recursos que brinda la mejor fruta del verano.
Vamos a ver todos los beneficios de las semillas de melón
Si hay un auténtico concentrado de beneficios para el organismo, lo portan las semillas de melón. En gran parte, está compuesto por proteínas como el ácido glutámico, la arginina y el triptófano. También tienen compuestos bioactivos como ácidos fenólicos, flavonoides y tocoferol. En fin, se trata de una alternativa válida para los aminoácidos esenciales.
El ácido glutámico, por poner un ejemplo de proteínas, mejora tanto la funcionalidad de los intestinos como la del sistema inmunológico. La arginina contribuye a bajar la grasa corporal y mejorar la masa muscular. Consumir estas semillas también otorga ácidos fenólicos (gálico y vainílico) con sus propiedades antiinflamatorias, antimutagénicas y anticancerígenas.
El resto de las sustancias, por su parte, garantizan que el estrés oxidativo se revierta. Su consumo habitual le permite al organismo generar propiedades antioxidantes de modo natural. Esto previene las enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer. En fin, ya sabes, si se te antoja un trozo de melón, no desperdicies las semillas.