Tanto el tallo como las hojas de la alcachofa pueden verse como sobras o desechos, pero no sabes los platos deliciosos que puedes crear con ellos!
El slogan publicitario de “contra el desgaste de la vida moderna”, que se ha convertido en mantra revelador de la propia realidad, nos recuerda situaciones que creíamos haber eliminado por completo. En este sentido, tenemos una sola frase en la cabeza cuando pensamos en las alcachofas.
Lo cierto es que la alcachofa tiene mucho que ver con nuestra rutina diaria. En los sesenta, “Cynar”, el amaro a base de alcachofa, hizo popular el slogan. Eventualmente se convirtió en un muy apreciado digestivo. La alcachofa tiene verdaderamente mil usos; incluso algunos impensables.
¿Qué nos lleva a la limitarnos sólo a las puntas de las hojas, cuando la alcachofa entera es deliciosa y aprovechable? Siendo que a muchos no les gusta la intensidad del sabor que tiene el corazón de la alcachofa, resulta ser una verdura que en su gran mayoría es desperdiciada. Esto es una verdadera lástima dada la gran cantidad de manjares potenciales. Veamos cuáles son y quedarás boquiabierto.
Sorprende a todos con estos platos únicos a base de restos de alcachofa
No importa qué tan incrédulos sean los comensales, se les hará agua la boca. La única regla de oro es no desperdiciar absolutamente nada. Puedes preparar aperitivos deliciosos con el tallo no tan suave de la alcachofa.
Con un pelador de patata deberás pelar la parte externa del tallo porque no es comestible. A fin de cuentas, algo sí se tira. Pero luego corta la pulpa central en tiritas largas y delgadas. Pásalas rápidamente por agua fría y con mucho cuidado procede a secarlas.
Enharina y fríe con aceite de oliva. Cuando consideres que están listas, según el dorado que a ti te convenza, colócalas sobre papel absorbente o unas servilletas de papel. Agrega tu topping favorito y disfruta.
Ahora vamos con un clásico a la alcachofa: risotto. Simple, deliciosa y de pocos ingredientes: el tipo de recetas de siempre. Puedes usar todas las partes de la alcachofa. Sólo corta finamente y pasa a escaldarlas durante algunos minutos en agua con sal.
Cocina tu arroz favorito y a la mitad del proceso agrega las alcachofas y el agua en la que las blanqueaste. Cuando el risotto esté cremoso está listo. La idea es que quede tierno y sabroso.