Las plantas ayudaron en el confinamiento. Así lo confirmó un estudio, que mostró el efecto positivo que tienen la vegetación en las emociones.
Con la pandemia nos vimos obligados a pasar mucho tiempo en casa y, con ello, muchas personas descubrieron la necesidad de estar más en contacto con la naturaleza.
En las primeras etapas de la cuarentena, la mayor parte de la gente no pudo salir de sus casas, por lo que las plantas y la vegetación en los hogares fue de gran ayuda para sobrellevar el encierro.
Esto fue confirmado por el estudio «Particularidades de tener plantas en casa durante el encierro por la pandemia Covid-19», publicado en Science Direct, un portal de intercambio científico. Mediante encuestas, se evaluaron a más de 4.200 personas de 46 países.
Nuestras aliadas durante el confinamiento
Las conclusiones del estudio brindan un panorama de cómo la gente manejó los niveles de estrés y ansiedad. Sobre todo durante los primeros momentos más estrictos del aislamiento.
Si bien la mayoría de los encuestados aseguró no tener demasiadas plantas de interior, para el 76% las plantas dentro de los hogares producen un efecto beneficioso sobre el bienestar emocional.
Por otro lado, se estableció que las personas que sí tenían plantas y vegetación en sus hogares tuvieron sentimientos más positivos, respecto a los que no tenían plantas.
¿Porqué las plantas nos hacen sentir mejor?
Probablemente, con la pandemia has sentido una necesidad más fuerte de estar en espacios verdes, ya sea visitando parques o teniendo más plantas en tu hogar. Esa necesidad es natural y tiene un nombre, y se llama biofilia.
La biofilia esta definida por la necesidad de estar en contacto con la naturaleza ante tanta construcción humana. Esta característica estaría en nuestro ADN, porque conservamos los antecedentes de nuestros antepasados, que pasaban todo el tiempo en contacto con la naturaleza.
Con la modernidad y la evolución humana, la tendencia ha sido pasar cada vez más tiempo en los interiores que en los exteriores. Lo cual, en muchos casos, hizo que perdiéramos el contacto natural que tenían nuestros ancestros con las plantas, árboles y demás vegetación.
La llegada del confinamiento obligatorio agarró a más de uno desprevenido, por lo que no todos le daban mucha importancia a la presencia de plantas en sus hogares.
Pero se pudo demostrar que, en general, las personas prefirieron tener más contacto con la vegetación.
Por ejemplo, teniendo acceso a parques cercanos a sus casas para hacer actividades al aire libre. También en preferir hogares con espacios exteriores con luz natural, o con vistas a parques o árboles.
El estudio pudo ver que, las personas que tenían escasas plantas, vistas a interiores sin árboles, y poca luz natural, tuvieron mayor tendencia a sentimientos negativos como la angustia, ira o depresión.
Opciones en los hogares: plantas de interior o de exterior
Hay diferentes maneras de incorporar las plantas en nuestro hogar. Las elecciones estarán condicionadas por las preferencias de cada persona y también por el espacio disponible para colocarlas.
Por ejemplo, el estudio demostró que las personas que tienen espacios chicos, sin exteriores, prefieren menor cantidad de plantas colocadas en espacios estratégicos de la casa.
El caso opuesto fue para las personas que cuentan con mayor espacio en exteriores, que prefieren tener mayor cantidad de vegetación. Para los encuestados con jardines, las elecciones más comunes son los árboles, el césped y las plantas directamente en la tierra.
Pero en aquellos que tienen espacio exterior menor, la elección fue la colocación de plantas en macetas de diversos tamaños.
Conectar con la naturaleza, efecto positivo de la crisis por el Covid
Durante muchos años hemos estado viviendo alejados de nuestras necesidades más primitivas, viviendo en ciudades que no siempre tienen los espacios verdes suficientes. Además, por la expansión de las ciudades y la siembra, en la actualidad (y cada año un poco más) los lugares naturales están desapareciendo.
Los resultados del estudio demuestran que, para tener una mejor calidad de vida, necesitamos estar en mayor contacto con la naturaleza.
Si vivimos en grandes ciudades necesitamos tener más plantas, en principio por una cuestión visual u ornamental (¡quedan muy lindas!). En segundo lugar, porque sabemos que absorben el dióxido de carbono y generan oxígeno.
Y, además, porque ahora sabemos que ayudan a nuestro bienestar emocional.
Como todos los cambios que ha generado la pandemia, este podría ser uno positivo que lleve, por ejemplo, a realizar construcciones que incorporen mayor cantidad de plantas, jardines, árboles y parques.