Un elemento fundamental para la conservación de nuestra salud podría tener que ver con la posición en la que dormimos. En términos generales, sabemos que dormir correctamente es algo indispensable para gozar de buena salud. Pero últimamente se han avanzado algunas hipótesis por parte de la ciencia que podrían aclarar algunas cuestiones respecto de las enfermedades neurodegenerativas que los humanos somos más propensos a desarrollar con la vejez.
Hay ciertas cosas que no podemos impedir y cuyo curso no podemos alterar, entre ellas, el proceso natural de nuestro cuerpo, que, ciertamente, se deteriora con el paso del tiempo. Pero eso no implica que seamos incapaces de hacer algo para mejorar nuestra salud, sobre todo cuando hablamos de enfermedades neurodegenerativas, ya que éstas aceleran ese proceso de deterioro hasta volver a quienes las padecen incapaces de llevar una vida relativamente normal.
Aunque varía la sintomatología, existen algunas enfermedades más comunes que otras entre las personas de tercera edad, entre ellas, el Parkinson, el Alzheimer y la esclerosis múltiple. Estas se caracterizan, a grandes rasgos, por una pérdida gradual del tejido cerebral. Por último, la ELA es una enfermedad que por el momento no es posible tratar exitosamente; no obstante, los científicos han estado elaborando algunas singulares hipótesis que permitirían esclarecer sus causas.
El lugar del que se parte no es para nada corriente. Un elemento fundamental para la conservación de nuestra salud podría tener que ver con la posición en la que dormimos. En términos generales, sabemos que dormir correctamente es algo indispensable para gozar de buena salud.
El insomnio y dormir mal impiden la eliminación de las toxinas
Las investigaciones llevadas a cabo tenían por objeto analizar el modo en que nuestro cerebro elimina desechos. A partir de algunas pruebas se estableció que dormir mal o padecer insomnio satura el cerebro con toxinas que nuestro cuerpo produce naturalmente a lo largo del día, algo que puede conducir al desarrollo de enfermedades como el Parkinson, el Alzheimer y la esclerosis múltiple.
Nuestro cuerpo genera, mediante procesos muy complejos, distintas clases de desechos que deben ser eliminados diariamente, y el cerebro no está exento de esta función. Este órgano se deshace de sus proteínas tóxicas gracias al sistema glinfático. Ahora bien, para que funcione correctamente, es fundamental descansar bien durante la noche, razón por la cual las personas de mayor edad suelen ser más propensas a desarrollar enfermedades neurodegenerativas, puesto que con el tiempo el sueño va perdiendo calidad.
Asimismo, la eliminación de toxinas podría depender también de la posición en la que se duerme. En principio, dormir de costado favorecería este proceso en mayor medida que hacerlo boca arriba o boca abajo. De todos modos, esto no es algo establecido definitivamente, y es muy probable que el papel principal lo cumplan otros factores, tales como la compresión del cuerpo y el grado de estiramiento tisular durante las horas de sueño.