Un grupo de científicos fue testigo de un acontecimiento excepcional: el «diálogo» entre dos especies de animales no humanos, algo que permitirá novedosos estudios posteriores sobre ellos.
La observación de los cetáceos es bastante complicada en su hábitat natural, puesto que nunca se sabe a ciencia cierta cuándo recorrerán el área bajo monitoreo, e incluso si lo harán en algún momento. Mucho menos se puede predecir su comportamiento.
Pero a veces la suerte está del lado de los investigadores. En esta oportunidad, un grupo de científicos de la Universidad de Strathclyde, situada en Escocia, tuvo la buena fortuna de captar y registrar por primera vez, en el momento y el lugar correctos, la comunicación entre dos especies de cetáceos diferentes.
A pesar de utilizar diferentes mecanismos sonoros para comunicarse con los de su propia especie, Kylie, una delfín hembra, y una familia de marsopas lograron entablar una conversación en el estuario de Clyde, situado en la costa occidental de Escocia.
Los delfines se comunican entre sí a través de una suerte de silbidos, mientras que las marsopas lo hacen mediante un sonido totalmente distinto, esto es: mediante un conjunto de clics. Quizá haya favorecido la conversación el hecho de que Kylie es una delfín solitaria, avistada por los habitantes del lugar sin otros miembros de su especie. Las marsopas, al parecer, la habrían adoptado como parte de su familia. A continuación, el modo en que se comunican.
¿Cómo se logran comunicar delfines y marsopas?
Si bien los delfines se comunican entre sí por medio de silbidos, el chasquido les es también posible. Es así como la delfín Kylie pudo entrar en contacto con las marsopas, adaptándose a éstas para comunicarse. En las grabaciones, cabe señalar, los investigadores sólo detectaron chasquidos y clics.
En virtud de las grabaciones, los científicos fueron capaces de identificar y clasificar de acuerdo a distintos elementos los tipos de clics intercambiados por Kylie y las marsopas. Entre estos elementos se encuentran la forma de onda, la potencia del espectrograma, el intervalo y la dirección de los chasquidos. Kylie emitía clics del mismo tipo que las marsopas.
La rareza del fenómeno se destaca si se tiene en cuenta que en un entorno natural es muchísimo más difícil que dos especies diferentes se comuniquen, al contrario de lo que ocurre en cautiverio, donde los animales están más predispuestos a aprender y adaptarse al medio de comunicación de especies diferentes a la propia.
En suma, éste sería el primer caso observado de un delfín que, en libertad o en cautiverio, ha demostrado ser capaz de comunicarse con una especie distinta por medio de la imitación sonora.