Los productos orgánicos, presentes en muchos supermercados, son difíciles de distinguir entre reales y falsos. Ahora queremos dejarte algunos trucos con los que nunca podrás equivocarte.
La elección más adecuada y consciente que se puede hacer teniendo en mente el planeta en el que vivimos, es virar hacia la compra de productos orgánicos. Este planeta al que tanto le debemos, nos acoge y nos garantiza una vida sana. Al menos esto fue así hasta hace algunos años. La ganadería y agricultura de dudosas técnicas han enfermado la Tierra.
Por eso siempre recalcamos la importancia de prestar atención a la hora de elegir un producto por sobre otro. A pesar de que pueda ser un poco más costos, nuestra vida se verá prolongada tanto como la vida en el planeta. Pero, si te has preguntado qué son realmente los productos orgánicos, no es tan difícil caer en un timo. Especialmente si compramos la comida y otros artículos de higiene y cuidado personal en negocios pequeños.
Desde Ecocultura queremos motivar tu interés y entusiasmo con una útil y breve guía para dirigir la elección de un producto orgánico real. Ahora veremos cómo hacerlo mejor.
Es de conocimiento popular que cualquier empresa, de cualquier rubro o sector, siempre debe etiquetar sus productos, especificando los ingredientes utilizados, las diversas habilitaciones necesarias y números de producción y distribución. Desafortunadamente, todavía hay quienes se creen astutos vendiendo productos con ingredientes poco saludables y no 100% orgánicos. Es por ello que queremos que tengas algunas herramientas para reconocer el producto que estás buscando. En definitiva, cuidarnos implica certificar:
Para empezar, antes del nombre y uso del producto, es importante el organismo que se encarga del control junto con el número de autorización ministerial. Después de eso, con una rápida búsqueda en Internet, sabremos si la compra es segura.
Un producto ecológico debe llevar, además, dos códigos: el del producto y el de la empresa que lo produce. Es una especie de firma que habilita la producción.
También debe mostrarse en el etiquetado todo ingrediente que haya sido elaborado, advirtiendo si hay algunos que no sean orgánicos (por lo general con un asterisco al final de la etiqueta). La certificación en este caso no será 100% orgánica.
Para comprar frutas y hortalizas, deberás reconocer el producto de un único ingrediente con el máximo porcentaje. Si tomamos por ejemplo el calabacín, la etiqueta de calabacín ecológico debe llevar solamente las palabras “100% Calabacín”.
Hay que prestar atención al lugar donde se realizó la compra, el lugar donde fue empaquetado y el nombre del establecimiento. Para terminar, algo no menos importante, un producto verdaderamente orgánico siempre hará patente las palabras “agricultura orgánica” y un símbolo que certifique la producción dentro de él.
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