Sólo una pequeña parte de los perdigones de plomo disparados por cazadores terminan dando en el objetivo, el resto contamina los entornos naturales y son la causa de una gran mortandad de aves cada año en Europa.
Año tras año en Europa, producto de la caza, miles de toneladas de plomo termina contaminando entornos naturales. Y quienes lo sufren son millones de aves acuáticas que habitan en los humedales y que mueren lenta y dolorosamente por intoxicación.
Muchas especies confunden los perdigones con las piedras que naturalmente utilizan como ayuda para la digestión de las semillas con las que se alimentan. Según un informe de la Agencia Europea de Sustancias y Preparados Químicos (ECHA), 14.000 toneladas de plomo podrían causar la muerte de entre uno y dos millones de ejemplares al año.
Ante este panorama, en el Parlamento Europeo se realizó una votación por la cual se prohibirá el uso de munición de plomo en los humedales, aunque la medida no estará vigente hasta dentro de dos años.
Avances en un largo camino por recorrer
La decisión del Parlamento Europeo representa un paso importante en la lucha por evitar la mortandad de aves en los humedales. No obstante, la directora de la organización SEO/BirdLife, Asunción Ruiz, advierte que esto no debe detenerse allí y pide seguir avanzando en la prohibición total del uso de municiones y aparejos de pesca en todo tipo de territorio. Su uso se ha transformado en un grave problema en muchas partes del mundo.
Algunos de los 1500 humedales de España ya estaban protegidos de la caza con proyectiles de plomo, pero ahora, gracias a la nueva disposición, toda la munición utilizada para la cacería en cualquier humedal de la Unión Europea deberá estar libre de plomo.
Cabe destacar que en la misma semana en que se ha conseguido este logro, Dinamarca prohibía el uso del plomo en todo su territorio y por tanto los cazadores deberán utilizar municiones no tóxicas para los seres vivos.
Esta decisión permitiría avanzar con los cumplimientos de diversos acuerdos internacionales firmados por los países europeos, tales como el Acuerdo para la Conservación de Aves Acuáticas Migratorias Africanas-Eurasiáticas (AEWA). Muchas de las especies de aves adaptadas a ambientes acuáticos son de hábitos migratorios y es preciso buscar soluciones para poder proteger de la amenaza del plomo también a estas poblaciones.
Fuente: WWF