Siempre que hay algún protector solar abierto surgen dilemas que no sabemos resolver. Nunca tenemos idea de cómo actuar con ellos. La pregunta es si, ahora que el verano está cerca, podemos seguir usando esos protectores. La respuesta te va a sorprender.
Sin cambios para este año: la playa es la misma, también el mar, pero ¿y el protector solar? En fin, todos los años pasa igual. A lo largo de la temporada compras cremas solares con alto factor de protección, pero después de abrir los envases para usarlos algunos días en la playa, los terminas abandonando.
Luego reposa olvidado en algún rincón durante los siguientes nueve meses, cuando menos, esperando su exhumación y posterior reutilización. De todos modos, el dilema es siempre el mismo: ¿se pueden seguir usando los protectores abiertos el verano pasado o ya han perdido su eficacia?
La regla más difundida es que después de transcurrido cierto tiempo, aunque permanezcan cerrados, lo mejor sea tirarlos. Es más, en todos los envases figura el plazo máximo en el que se los puede utilizar una vez que han sido abiertos. Por lo general no supera los 12 meses, de modo que la respuesta es, en principio, más que obvia, aunque no es así en todos los casos.
La asociación italiana de consumidores Altroconsumo llevó adelante una investigación con resultados verdaderamente insospechados hasta hace algunos años. Veamos juntos, pues, qué respuesta tiene esta asociación a la clásica pregunta por los protectores.
¿Pierden realmente su eficacia los protectores solares después de un año?
El test realizado por Altroconsumo consistió en el análisis de tres protectores solares abiertos el verano anterior para poner a prueba su eficacia ante los rayos UV. Más allá de su posible uso, la investigación quería establecer si el nivel de protección frente al sol era el mismo o no. Por otra parte, si en el envase se sugiere utilizarlo dentro del plazo de 12 meses, eso quiere decir que pasado ese tiempo, el producto no servirá para nada. O quizá sí.
Los tres protectores solares para niños analizados, a pesar de haber sido abiertos y conservados en sitios no siempre secos y oscuros, podían ser usados pasado un año. Por supuesto, esto no significa que todas las grandes marcas lucren bajando el plazo de caducidad de sus productos. Existen protectores que, luego de un año, probablemente ya no tengan la misma eficacia para protegernos del sol adecuadamente.
Verifica, antes que nada, si el protector no se echó a perder. Antes de aplicarlo comprueba su consistencia, aspecto y olor. Si el olor no te convence o el producto no se ve homogéneo y compacto, deberás tirarlo y conseguir uno nuevo. Si lo notas como suele estar normalmente, pues puedes usarlo nuevamente.