Un estudio determinó que las personas negras están más expuestas al calor. El racismo climático obedece también a cuestiones históricas.
La población afroamericana está expuesta a una vida de mayor calor que el resto de las personas en Estados Unidos. Esto fue determinado por un estudio reciente que analizó las condiciones de vida en 175 áreas urbanizadas.
La distribución de la población entre zonas más calurosas o más frescas de una urbe está atada al concepto de isla de calor, que es un fenómeno de concentración de temperaturas que se da en ciudades por la calidad del aire y la densidad de las construcciones, entre otros factores.
Dentro de una misma ciudad existen áreas que son más frescas que otras. Lo que determinó esta investigación es que la gente de color habita mayormente en las zonas más calurosas.
Racismo climático y socioeconómico
El estudio fue realizado por expertos de la Universidad de Carolina del Norte-Chape Hill. El dato sobresaliente es que la población afroamericana está expuesta a 3,12 grados centígrados adicionales por fenómeno de isla de calor, frente a los 1,47 adicionales a los que en promedio están expuestas las personas blancas.
Los investigadores determinaron que este problema no está atado a condiciones de pobreza, sino que obedece a cuestiones de raza. En la mitad de las ciudades analizadas, la población afroamericana enfrenta más calor en verano. En tanto que el 10% de las personas negras en Estados Unidos son pobres.
Las desigualdades ambientales y socioeconómicas pueden explicarse por la historia de Estados Unidos. Desde el Museo de Ciencias de Virginia explicaron que en el siglo XX muchos barrios habitados por personas negras fueron marcados como inseguros para inversiones de infraestructura en préstamos de viviendas.
Así, las personas blancas habitan en sectores con mayor acceso a espacios verdes como parques y plazas. Además de que en sus barrios se destaca la presencia de árboles, lo que ayuda a mitigar el efecto de isla de calor.
Soluciones pensadas y cuidadosas
Con el cambio climático en curso y el aumento de temperaturas, la población afroamericana está más expuesta a los riesgos de muerte por calor. Además, está probado que las altas temperaturas afectan a la productividad y al desarrollo intelectual.
Los investigadores advirtieron también que la mitigación de este problema debe hacerse cuidadosamente y en conjunto con las comunidades. Es que una mejora en la infraestructura de los barrios (como más árboles o espacios verdes) encarecería el valor de las propiedades.
Esto puede generar desplazamientos de poblaciones por incrementos del costo de vida, lo que a la larga no representaría una solución, sino más bien mover el problema hacia otra área geográfica.
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