Conoce el listado de países que más emisión de gases de efecto invernadero generan, según el Global Carbon Project.
Un gran reto se presenta para los países más industrializados del mundo. Muchos de los estados que lideran la economía mundial y suscribieron el Acuerdo de París aún no han conseguido minimizar el impacto de sus emisiones de carbono a la atmósfera.
Si bien la pandemia provocó un efecto de enfriamiento de la actividad industrial en un principio -que nos demostró que bajar los niveles de contaminación era posible-, el pacto ambiental acordado en 2015 exige un compromiso más firme y activo.
En este sentido, los pronósticos no son muy alentadores, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). La misma proyecta un aumento del 130% de las emisiones de carbono para 2050 y, por consiguiente, el incremento de la problemática del calentamiento global.
¿Cuáles son los países más contaminantes?
El Global Carbon Project es un proyecto científico que tiene por objetivo recabar información y conocimientos sobre prácticas de medición de las emisiones de todo el planeta, con financiamiento de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Según sus datos, este es el ranking de los países que más gases de efecto invernadero (GEI) generan (datos de 2019, aún no se encuentran disponibles las mediciones totales correspondientes al 2020):
1. China: más de 10.065 millones de toneladas de CO2
Sólo cinco de las provincias chinas que concentran la mayor parte de las actividades industriales producen mayor emisión de GEI que cualquier otro país del mundo. Para tomar dimensión de la gravedad del asunto, podríamos mencionar, por ejemplo, que en los últimos años Pekín ha superado varias alertas rojas medioambientales.
2. Estados Unidos: 5.416 millones de toneladas de CO2
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), aunque Estados Unidos lidera muchas de las iniciativas para frenar el cambio climático, en la práctica el alto nivel de contaminación que produce la industria norteamericana sigue en ascenso.
3. India: 2.654 millones de toneladas de CO2
Según un informe de Global Alliance on Health and Pollution, en este país perteneciente al G-20, en 2017 se registraron en territorio 2,3 millones de muertes asociadas a la mala calidad del aire y el agua. Desafortunadamente, no se tuvieron más datos oficiales respecto al nivel de defunciones por problemas ambientales.
4. Rusia: 1.711 millones de toneladas de CO2
En los últimos años, Rusia afrontó varias situaciones de emergencia ambiental. Sin embargo, esta gran potencia no ha solucionado sus problemas y se encuentra en este ranking debido a su gran dependencia de productos derivados de los combustibles fósiles, el petróleo, el carbón y el gas, entre otros.
5. Japón: 1.162 millones de toneladas de CO2
Las lluvias monzónicas, los tifones y las inundaciones se atribuyen a los altos niveles de emanación de GEI que podrían estar provocando crisis climáticas en este país. También explicarían parte de las olas de calor, sequías y deslizamiento de tierras que se producen en su territorio.
6. Alemania: 759 millones de toneladas de CO2
Una nota publicada en el periódico español ABC en 2019 daba cuenta de que el alto nivel de contaminación habría causado 43.000 muertes prematuras al año en Alemania, debido a las partículas que se encuentran en suspensión en el aire y el ozono.
Gran parte de estos componentes suspendidos en la atmósfera fue generada por el excesivo tráfico vehicular, de acuerdo a datos del Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT).
2020, récord de gases que provocan el cambio climático
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en 2020 se detectó una concentración mayor de dióxido de carbono en la atmósfera que años anteriores. Aunque el confinamiento por la pandemia por coronavirus parecía había ayudado a reducir la emisión de gases que provocan el cambio climático, se llegó a un récord de los gases que calientan la Tierra.
Gestionar el cambio hacia ciudades y países libres de carbono ya no es una opción. En las próximas décadas, el compromiso de las grandes potencias podría definir la suerte de la vida animal y vegetal, como así también la de millones de personas en el planeta.