El chocolate es muy bueno para nuestro organismo, más allá de lo que las dietas del sufrimiento nos han hecho creer. Sigue leyendo y descubre sus maravillosas virtudes.
Estamos de acuerdo con que la vida sin chocolate sería triste y vacía. Si Venus y el tabaco desciende al hombre, el chocolate nos exonera. Proveniente de exóticos lugares cuyas culturas se han convertido en milenarias, ni Cristóbal Colón pudo resistírsele cuando fue el primer ciudadano europeo en saborearlo.
Pero su sabor amargo no “colonizó” sus papilas por completo a diferencia de otros navegantes que sencillamente deliraron con él. Mozart, Goethe, Manzoni y Casanova quedaron completamente obnubilados con este alimento que terminó convirtiéndose en un símbolo del vicio y el mal.
La cultura de las dietas del sacrificio ha sentenciado al chocolate como un alimento chatarra que engorda. Es cierto que los derivados lácteos y el chocolate no son dietéticos en tanto que son ultra procesados, pero no pongamos al chocolate negro en la misma bolsa cuando puede ayudarnos a perder peso en su lugar de snack.
Estamos ante una opción sana y muy nutritiva si lo restringimos a un máximo de dos ingestas diarias. Claro que no es el caso cuando consumimos una tableta entera y esto se aplica prácticamente a cualquier producto. Pero además de ayudarnos a adelgazar, el chocolate negro es una gran medida contra enfermedades cardiovasculares según los estudios recientes.
La razón por la cual deberías comer chocolate
El reciente estudio publicado por el American Journa of Clinical Nutrition determina que comer chocolate es realmente bueno para la salud, especialmente en personas mayores de 60 años. El hecho es que las personas que ingerían chocolate redujeron el riesgo de muerte por enfermedades cardiovasculares. Esto se debe a los flavanoles y compuestos del cacao en polvo y el chocolate.
Como ya había sido demostrado por otra investigación de 2014, los flavanoles aporta diversos beneficios para la salud y protegen el organismo de enfermedades cardiovasculares y la presión arterial. Además, son excelentes para ralentizar el deterioro cognitivo normal y fisiológico.
Al mismo tiempo, si te ocurre como a Colón y no eres un gran fan del chocolate amargo, puedes encontrar flavanoles en bayas, tés y uvas. Hay un poco de variedad que, obviamente, está expectante de más desarrollo frente a este incipiente estudio experimental. Pero, más allá de la confirmación futura, el chocolate no debería despertar ninguna culpa si es ingerido en cantidades mesuradas y en compañía.