Preparar estas albóndigas veganas te ayudará a simplificar la vida cotidiana: podrás congelarlas para esos días en que no hay tiempo de cocinar.
Las lentejas, los garbanzos, los porotos o la quinoa son alimentos que nos aportan proteína vegetal. Con esta propuesta para preparar albóndigas veganas podrás incorporarlos a tu dieta de manera sencilla. Además, son ideales para llenar tu congelador y salir del apuro esos días en que no tienes tiempo o ganas de cocinar.
Para hacer tus albóndigas, la clave es mezclar alguna de estar proteínas con vegetales, que pueden ser verduras o setas. Podrás ir variando y experimentando los sabores que más te gusten.
Aquí te presentamos una de las combinaciones para obtener una preparación rica y fácil.
Necesitarás:
- 2 tazas de lentejas cocidas
- 1 pimiento colorado
- 2 zanahorias
- 1 pimiento amarillo o verde
- 1 cebolla
- Pan rallado c/n
- Orégano c/n
- Pimentón c/n
- Humo sólido c/n
- Sal y pimienta c/n
- Aceite vegetal c/n
Preparación:
Una vez que tengas las lentejas cocidas, resérvalas bien coladas hasta que se enfríen. Luego corta todos los vegetales en tamaños iguales; puede ser en cubos, pero no importa que estén perfectos ya que luego los vas a procesar.
Agrega aceite vegetal en una sartén, luego la zanahoria cortada en trozos pequeños (ideal en brunoise). Déjalas cocer por unos 7 minutos e incorpora la cebolla y los pimientos. Mezcla bien y condimenta. Si tienes algún condimento de tu preferencia, puedes agregarlo.
Cocina todos los vegetales a fuego medio hasta que estén listos, retira del fuego y déjalos enfriar.
Ya con todo listo, agrega las lentejas a un bol y procésalas con minipimer hasta que quede una pasta. Luego incorpora todos los vegetales cocidos y sigue procesando. Te quedará una mezcla semi líquida. Es ahí cuando debes agregar el pan para que absorba la humedad. Estima que será aproximadamente una taza.
Puedes suplantar el pan por un rebozador integral o harina de arroz, que también sirven.
Cuando tengas una mezcla consistente, forma las bolitas con las manos, y luego pásalas por el pan rallado o rebozador.
Puedes cocinarlas en el momento o guardarlas en el congelador. En cualquiera de los dos casos, para comerlas deberás dorarlas. Puedes hacerlas al horno o a la sartén con un poquito de aceite.
Una vez doradas, las puedes agregar a una salsa de tomate, comerlas con algún aderezo, acompañadas de una ensalada o en un sándwich.
Y recuerda, puedes sustituir las lentejas por otra proteína vegetal y también las verduras. Solo tienes que cocinarlas, procesarlas y ¡listo!
