El programa de reciclaje de conchas de Galveston Bay Foundation hace posible el cultivo de arrecifes de ostras en una bahía estadounidense.
Durante el Huracán Ike, ocurrido en 2008, la Bahía de Galveston sufrió la dramática pérdida de más del 50% de sus hábitats de ostras. Desde ese momento, comenzó a gestarse una misión de profunda reconstrucción de este estuario -el más grande de Texas, Estados Unidos– y de otros ecosistemas costeros.
Uno de los involucrados en esta misión es la Galveston Bay Foindation (GBF), organización defensora de la conservación de los recursos naturales. En 2011, esta puso en marcha un programa de reciclaje de conchas desechadas por los restaurantes de la zona para reconstruir la vida marina.
Shannon Batte es la voluntaria encargada de realizar la tarea titánica de recolectar semanalmente los desechos de ostras de los 12 restaurantes asociados.
¿Y para qué se usan las conchas recolectadas? Pues para la restauración de arrecifes de ostras. Esta es una tarea ecológica sumamente importante debido a que estos sitios naturales son uno de los hábitats marinos más amenazados del mundo.
Según estadísticas de la fundación Galveston Bay, desde el inicio del programa se restauraron 20 hectáreas de marismas saladas. A pesar de la pandemia, en 2020 se recuperaron 111 toneladas de conchas.
El increíble sistema de limpieza y reciclado de ostras
El proceso comienza con la recolección de los desechos de los locales gastronómicos, que se trasladan a un depósito donde se extraen tenedores descartables y otros residuos.
Una vez que la carga está liberada al aire libre, comienza un inusual procedimiento de limpieza al sol. Tendrá lugar entonces una acción de esterilización y eliminación de bacterias y parásitos que durará tres meses.
Poco después, otros colaboradores entrarán en acción. Se trata de cuatro jabalíes que se alimentarán de los restos de ostras y limones del cargamento.
Luego, Shannon volverá al terreno para dar vuelta toda la carga con una pequeña excavadora y dejará que la exposición al calor continúe actuando sobre las ostras otro trimestre.
En 2019, la cantidad de depósitos de conchas para reciclar había ascendido a cuatro y el programa había comenzado a replicarse en otros estados como Houston.
¿Conchas desechadas para cultivo de nuevas ostras?
El objetivo de este programa de reciclaje de conchas es aumentar la cantidad de sustrato duro en la Bahía de Galveston para ayudar a las ostras a crecer, restaurar el ecosistema local y promover una población sostenible de estos moluscos.
Cuando las ostras recicladas se vuelcan sobre las costas de la bahía, estos exoesqueletos funcionan como una base a la que pueden adherirse las larvas de ostras que crecen en ese hábitat.
Desde hace varios años, este ecosistema intenta reponerse de la erosión y los daños ambientales ocasionados por el desastre natural de 2008.
“Para reconstruir el ecosistema, cada primavera las conchas se vierten en las rocas situadas al fondo del agua, en lugares con poca marea. En las zonas donde la corriente es más fuerte, las conchas de juntan en redes y se instalan como barreras en el mar”, se informa desde el sitio oficial de la fundación.
Se trata de un proyecto circular cuya acción ecológica tiene triple impacto: elimina los desechos de ostras en los vertederos de los restaurantes locales, aprovechándolos para reconstruir las poblaciones de conchas de la bahía y se realiza una importante depuración del agua.
De acuerdo a los cálculos de la fundación, cada molusco filtra naturalmente hasta 190 litros de agua al día en la bahía.
Se trata de una profunda restauración y formación de un nuevo y limpio hábitat, propicio para el desarrollo de cangrejos, langostinos, peces pequeños y otras especies que renovarán la cadena alimentaria.
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