Un prototipo de robots delfines diseñado para sets de filmación podría reemplazar la participación de estos animales en espectáculos y actividades turísticas.
Cada día son más los turistas que toman conciencia de la crueldad que sufren los delfines en cautiverio de parques acuáticos y sitios de entretenimiento. Por eso, se suman al pedido de liberación de estos animales para evitar que el estrés los lleve a una muerte segura.
Afortunadamente, la tecnología brinda soluciones a los desafíos que no soluciona el hombre. Una de esas innovaciones es la creación de robots delfines, realizados por la empresa californiana Edge Innovations. Y estos animales autómatas podrían salvar la vida de miles de delfines.
El delfín nariz de botella animatrónico de Edge Innovations fue creado para la industria del cine y se usó en películas como Liberen a Willy o Deep Blue Sea. Al observar uno de estos robots no podríamos diferenciarlo de un delfín real ya que sus movimientos, dirigidos por control remoto, son idénticos a los reales.
Inteligencia artificial para eliminar el cautiverio de delfines
El prototipo Flipper mide 2,59 metros y pesa 250 kilos. Su composición presenta una estructura tanto esquelética como muscular sumamente verosímil. Está revestido con un material a base de silicona que imita a la perfección el tono y la textura de la piel de los cetáceos.
En cuanto a sus movimientos, los delfines robóticos pueden realizar las mismas volteretas y seguir a los humanos nadando de manera sincronizada. Gracias a esto, se calcula que en los próximos años podrían reemplazar a delfines en cautiverio que actualmente sirven a la industria del entretenimiento.
Si bien hasta ahora los robots fueron utilizados solo en la industria del cine, el principal objetivo del proyecto apunta a los acuarios chinos. El deseo del gobierno asiático es poder poner fin a la explotación de animales marinos y evitar contagios de Covid-19.
Los cetáceos padecen un gran desgaste físico y mental al vivir en espacios tan reducidos dentro de estos acuarios, lo que debilita su sistema inmunológico. El cautiverio no sólo pone en peligro la vida del delfín, sino también de sus crías, que deben ser separadas al nacer.
Un triste destino para estos animales que acostumbran nadar en libertad más de 150 kilómetros diarios.