Víctimas inocentes alcanzadas por disparos en un santuario de animales libres. Los voluntarios que trabajan allí no pudieron hacer nada a pesar de haber intervenido a tiempo.
En este tipo de santuarios los animales llevan una vida pacífica y libre, y están a salvo de la explotación y el asesinato. Sin embargo, a pesar del compromiso de los voluntarios y de que estas invasiones no sean tan usuales, la intrusión en los santuarios de personas crueles y despiadadas ponen en riesgo la vida de sus animales, como ha sucedido en este establecimiento en Milán.
Los animales que arriban a los refugios no son considerados como objetos de uso y apropiación, sino como seres vivos sintientes, y son respetados de acuerdo a su propia naturaleza. Su crianza y alimentación no están orientados a la obtención de un rédito económico; mas bien, hay un acuerdo de no abuso y de, en la medida de lo posible, recreación del hábitat de origen para que se sientan como en casa.
En países como Italia, los santuarios protegen a todo tipo de ganado: vacuno, porcino, ovino, y de aves rescatadas de granjas intensivas, que se espera vuelvan a la vida luego de darles una segunda oportunidad, en la que su cuidado no tenga como fin específico sacar provecho de ellos.
Tanto asociaciones como ciudadanos se vieron conmovidos e indignados por la noticia de que alguien había decidido violar el santuario estos últimos días.
Disparos en el santuario
La violación del santuario mediante disparos de armas de fuego a sus habitantes fue informado por el Refugio Miletta en su página de Facebook. El Refugio «Isla de Nunca Jamás», ubicado en las afueras de Milán, fue deliberadamente atacado por personas que desconocieron el carácter sagrado y la libertad de los individuos protegidos.
Los animales afectados particularmente fueron dos bovinos de poca edad, Néstor y Bomber, el primero de los cuales no logró sobrevivir a los disparos, que ingresaron en su cuello y su abdomen. El segundo se encuentra actualmente hospitalizado por heridas graves. Los voluntarios que acudieron a la escena no pudieron, lamentablemente, hacer nada para evitar el ataque.
La asociación damnificada se comprometió, junto con la Red de Santuarios de Animales Libres, a que nadie que dispare dentro de un refugio termine saliéndose con la suya. Dijeron, además, que intentarán identificar a los culpables y así evitar que puedan seguir haciendo daño.
Los voluntarios del santuario ultrajado dejaron en claro que existen dos principios fundamentales declarados para sus habitantes, a saber: la promesa de que no serán explotados nunca más, pues el cuerpo y la vida de los animales protegidos les pertenecen únicamente a ellos mismos; y la garantía de que ya no sufrirán ninguna clase de temor relativa al padecimiento de algún daño.
Estos dos principios han sido ignorados y violados por los delincuentes que perpetraron este hecho tan lamentable.