Dejar el cigarrillo es, verdaderamente, una de las cosas más difíciles de lograr, especialmente en círculos donde todos fuman. Es bastante sencillo recaer en el vicio, y nos falta la fuerza de voluntad que se necesita para abandonarlo definitivamente. Pero no es algo imposible. Es más, un grupo de científicos encontró una solución que, en principio, radicaría en un interruptor ubicado en el cerebro.
Los vicios son una espada de doble filo: por un lado, generan mucho placer, pero por el otro pueden tener consecuencias devastadoras en la salud a mediano y largo plazo. Son intrínsecamente ambivalentes, y por ello es que las adicciones son tan difíciles de superar. Entre las más comunes (y legales), el cigarrillo está en el podio.
Llevar adelante una vida libre de vicios, pues, no es algo tan fácil. Sí, se puede mantener una conducta irreprochable y equilibrada, pero ¿por cuánto tiempo? Las recaídas son mucho más frecuentes de lo que pensamos antes de querer abandonar una adicción.
La solución al tabaquismo se halla en el cerebro
Un grupo compuesto por científicos de varias nacionalidades, entre ellos los del Brigham and Women’s Hospital de Boston, descubrieron que abandonar el cigarrillo era una cuestión de bloquear un “interruptor” neuronal. En específico, el método consistiría en intervenir sobre un circuito cerebral a partir de una lesión destinada a cortar definitivamente el ciclo de adicción al cigarrillo o al alcohol.
Existen otros métodos para solucionar el mismo problema. Pero ninguno sería tan efectivo como el que presentaron estos investigadores. Entre los tratamientos más comunes se hallan la estimulación cerebral profunda, la estimulación magnética transcraneal o la intervención quirúrjica.
El descubrimiento se debió a un estudio realizado sobre personas que habían abandonado el tabaco luego de haber sufrido algún traumatismo o accidente cerebrovascular. Para ello fue necesario pasar por un escáner a 129 pacientes adictos al tabaco, lo que permitió identificar las zonas del cerebro afectadas por los traumatismos. Se encontró que los 34 que habían dejado de fumar de forma compulsiva, habían tenido daños en la misma red neuronal, y de este modo se concluyó que existe un “interruptor” que, de ser intervenido, permitiría superar este tipo de adicción.