Una empresa española producirá el primer gusano aprobado para consumo humano. Qué dice la FAO sobre los insectos comestibles y la seguridad alimentaria.
Hasta hace unas décadas no conocíamos el significado de entomofagia. Sin embargo, hoy la alimentación en base a insectos se está convirtiendo en una realidad cada vez más cotidiana, por su elevado nivel nutritivo y los beneficios económicos y ambientales.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sostiene que los insectos podrían ser una de las soluciones a los problemas de seguridad alimentaria hacia 2050. Esto en un mundo donde el crecimiento de la población se estima para ese año en 9 mil millones de personas.
Si bien en el mundo ya hay muchos ejemplos de comercialización de harinas y alimentos procesados en base a insectos, dentro de la Unión Europea aún no estaba habilitada su comercialización para consumo humano. Hasta ahora.
El primer insecto para consumo humano en Europa
La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) aprobó el consumo de la larva del Tenebrio molitor, conocido como el gusano de las harinas. Solo se ha realizado una observación: su ingesta puede producir alergia en algunas personas.
Este insecto se ha utilizado históricamente en la alimentación animal dentro de la industria ganadera. Con esta nueva habilitación para uso gastronómico, la empresa española Tebrio ya trabaja en un proyecto para procesar el insecto e introducirlo en el mercado.
El plan de expansión de la compañía ya está en marcha. Se prevé la instalación de una planta de 60.000 metros cuadrados en Salamanca, que le permitirá producir más de 100.000 toneladas de productos de insectos al año. Además, consideran replicar estas fábricas a nivel global.
Baja producción de carbono, alta fuente de nutrición
Entre los principales beneficios de la cría de insectos para consumo humano se encuentra la baja producción y emisión de gases de efecto invernadero en comparación con las granjas porcinas, vacunas y avícolas.
Adriana Casillas, CEO de la firma biotecnológica española, explicó en el medio La Vanguardia que desde hace tiempo vienen investigando el potencial que tienen los insectos en la industria alimentaria, pero que el interés se ha centrado en la contribución al medioambiente para combatir la crisis climática.
“Utilizamos productos vegetales de muy bajo valor para producir proteínas y grasas de alto valor, con un consumo mínimo de recursos naturales y con niveles muy bajos de emisiones, pero por el camino también generamos un fertilizante que permite producir más del doble de lo que consumimos, contribuyendo a que nuestra huella de carbono sea negativa”, informó Casillas.
Desde Tebrio aseguran que es una interesante fuente de proteína que podría cubrir déficits de aminoácidos.
Las posibilidades de procesamiento son tan amplias como los posibles beneficios para la salud humana. Los insectos pueden consumirse secos, enteros, triturados como harina o procesados como base para otros alimentos.
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