Estas deliciosas albóndigas, que encantan a los niños, son tan fáciles y rápidas de preparar que ya no podrás prescindir de ellas.
Las albóndigas, de carne o pescado, son siempre deliciosas. Desde la versión clásica con salsa hasta la versión con caldo que se disfruta con pasta corta y unos pequeños nuggets. En fin, siempre riquísimas, independientemente de cuál receta sigamos.
Claro que, con el calor, es hasta peligroso pasar mucho tiempo frente al fuego para preparar la comida. Es por ello que terminamos preparando platos más frescos que no demanden demasiado tiempo. Sin embargo hoy, te traemos una variante muy buena y sencilla con la que no tendrás que gastar nada de energía.
En un abrir y cerrar de ojos podemos tener listas estas albóndigas con ingredientes con los que seguro ya contamos y sin carne o pescado. Esto es lo que necesitarás:
- 400 gr de pan rallado
- 5 huevos frescos grandes
- 100 gr de queso parmesano rallado
- 50 gr de queso pecorino rallado
- 200 gr de ricota de leche de oveja
- Sal, pimienta, orégano, nuez moscada, cebollín, perejil picado al gusto
Sin carne ni pescado, estas albóndigas son un verdadero placer, no te vas a arrepentir
Vas a sorprenderte ni bien pruebes estas albóndigas sin carne ni pescado. Con toda la suavidad interna y crujientes y doradas en el exterior, pueden disfrutarse con muchas guarniciones distintas, tales como salsa picante, mayonesa con hierbas, o salsa de yogur con salsa verde y pimienta rosa. Vamos a preparar juntos esta comida con una facilidad sin precedentes para que tengas un buen plato principal o un buen bocadillo servido en un bol.
Preparación: Empecemos las deliciosas albóndigas sin carne, poniendo ricota en un colador. Con un bol debajo, tardará un par de horas soltar todo el suero. Si has guardado la ricota durante 2 o 3 días en la heladera, este paso puedes evitarlo.
Luego, colócala en un recipiente nuevo y desmenuza con un tenedor. Ahora agrega el queso pecorino rallado, los huevos, el queso parmesano, la sal, todas las especias y el perejil picado. Mezcla hasta conseguir que todo quede homogéneo. Puedes utilizar unas varillas de madera para mezclar.
Amasa mientras agregas el pan rallado hasta que consigas una masa compacta y maleable. Ahora, con las manos ligeramente humedecidas en aceite, toma unos 40g de masa, enróllala y aprieta.
Una vez que hayas convertido toda la masa en albóndigas, guarda en el frigorífico durante 20 minutos. Mientras esperas, extiende una hoja de papel para hornear sobre una fuente y, con un chorrito de aceite, engrasa. Coloca todas las albóndigas, procurando que queden separadas, y sazona con más aceite.
Precalienta el horno a 180°C y cocina durante 30 minutos, hasta que queden doradas. Luego, deja que se enfríen un poco y nuestras albóndigas ya están listas. ¡A disfrutar!