Referirse a los problemas que trae aparejado el uso del teléfono en los niños pareciera no ser otra cosa que la repetición de un viejo cliché. Pero lo cierto es que las pantallas, sumadas al uso de la mascarilla, pueden producir un grave síndrome. ¿De qué hablamos exactamente?
Hace años que cada niño que viene al mundo entra en el grupo de los nativos digitales, y no pasa mucho tiempo hasta que son capaces de aprender a utilizar una gran diversidad de dispositivos tecnológicos, sin importar si se trata de una computadora, un teléfono celular o una tablet. Por momentos pareciera que algunos niños han nacido con esa habilidad, pues, a pesar de su corta edad, la mayoría sabe manejar los dispositivos igual o mejor que un adulto.
Puede que por momentos esa capacidad casi innata de utilizar la tecnología con destreza por parte de los niños enorgullezca a sus padres, dada la relevancia que tiene en el mundo actual. El problema es que no son pocas las ocasiones en las que ese desarrollo precoz se debe a una razón poco feliz. Muchas veces, la única solución que encuentran algunos padres para calmar a sus hijos, sobre todo en lugares públicos, es darles sus propios teléfonos, de manera tal que puedan pasar un buen rato entretenidos y sin molestar.
Pero lo cierto es que las pantallas, sumadas al uso de la mascarilla, pueden producir un grave síndrome. ¿De qué hablamos exactamente?
Esta es la razón por la que las pantallas y las mascarillas provocan ojo seco
El síndrome del ojo seco consiste, básicamente, en una pobre producción de lágrimas, o en su evaporación prematura y excesiva, o en su mala calidad y composición. La relación entre la sobreexposición a los dispositivos electrónicos (más las mascarillas) y el síndrome de ojo seco en niños fue revelada por una investigación llevada a cabo en la Facultad de Medicina del Hospital Universitario Chung Ang.
Se trató de un estudio cuyos resultados arrojaron que el 8,3% de los niños bajo examen padecían de ojo seco como consecuencia del uso excesivo de computadoras, tablets y smartphones a lo largo del día. No ocurría esto, sin embargo, con aquellos que pasaban menos horas frente a las pantallas, jugando al aire libre o haciendo otras actividades que no involucran el uso de estos dispositivos.
Asimismo, este síndrome puede surgir a causa de las mascarillas, en virtud de su mismo funcionamiento. Es decir, el aire que sube cada vez que respiramos no sólo nos empaña los anteojos sino que, debido al dióxido de carbono, también afecta nuestra salud ocular. En el caso de los niños, ambas cosas, pantallas y mascarillas, pueden producir síntomas de ojo seco, a saber, mala lubricación, picazón, enrojecimiento, visión borrosa y sensación de cuerpo extraño.