¿Qué pueden enseñarnos los sistemas ancestrales de cultivos? Conoce algunas prácticas tradicionales de agricultura con conciencia ambiental.
En 2021 comenzó el Decenio para la Restauración de los Ecosistemas, una de las metas a cumplir para poder transformar al mundo hacia 2030, tal como lo plantean los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Para detener la degradación ambiental, una de las propuestas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) –organismo que coordina las acciones del Decenio- es mirar hacia los sistemas ancestrales de cultivo.
En distintos lugares del mundo, la sabiduría milenaria de agricultores ha permitido trabajar la tierra sin ocasionar perjuicio a gran escala. Por lo tanto, es importante retomar este conocimiento y ponerlo en valor en el diseño de estrategias por la restauración de los ecosistemas degradados.
Sin duda, tenemos mucho que aprender de los agricultores que viven de la tierra de manera sostenible.
Sistemas ancestrales que pueden salvar nuestro planeta
La restauración ecológica implica un gran esfuerzo por parte de las naciones y organizaciones. Es necesario promover prácticas que vuelvan a instaurar la capacidad de resiliencia de los ambientes degradados.
En este sentido, la FAO rescata el valor de los Sistemas importantes del patrimonio agrícola mundial (SIPAM). Los SIPAM son aquellos sitios donde las comunidades utilizan sistemas de agricultura tradicionales que respetan el entorno y los recursos naturales.
Documentándonos sobre los SIPAM y sus métodos sostenibles utilizados durante siglos, «obtendremos modelos para convivir y trabajar en armonía con el planeta”, sostiene la FAO. A continuación, compartimos algunos ejemplos de estos métodos provenientes de culturas ancestrales.
1. Huertos tradicionales de jujubo en China
El cultivo de la fruta del jujubo o azufaifo en Jiaxian, China, es un buen ejemplo de práctica agrícola sostenible. Esta se ha desarrollado durante siglos y ha ido evolucionando para perfeccionar una técnica respetuosa con el ambiente.
Las plantaciones de azufaifo se intercalan con viñedos, perales, manzanares y duraznales para nutrir a los sembradíos y evitar la evaporación de los suelos. Al mismo tiempo, se asegura el mantenimiento de la biodiversidad de la región.
2. La agroforestería kihamba de Tanzania
En las laderas del monte Kilimanjaro, generaciones de agricultores vienen aplicando el sistema tradicional kihamba. Combinado con un método de eliminación de plagas amigable con el medioambiente, garantiza la provisión de alimentos a las poblaciones locales durante todo el año.
Este método de cultivo se adapta a entornos de altura y condiciones difíciles. Se implementa en múltiples niveles. El primero, donde se plantan árboles frutales y otros que facilitan sombra y forraje, ayuda a fertilizar el suelo y proteger los niveles inferiores de cultivo. Luego vienen los cultivos de plátanos, cafetos y hortalizas
3. El sistema tradicional para captar agua en Marruecos
Durante siglos, en la región de Ait Souab-Ait Mansour se han desarrollado cerca de 50 especies de cultivos en un territorio de condiciones desfavorables.
Esto es posible gracias a un sistema por el cual se realizan excavaciones profundas en rocas para aprovechar depósitos subterráneos de agua que se filtra para nutrir los cultivos y sobrevivir en épocas de sequías.
4. Agricultura andina del Perú
Por más de 5.000 años, en zonas agrícolas de Perú se han aplicado los métodos de los pueblos indígenas. La creación de bancales, sistemas de riego, sistemas agrícolas adaptados a grandes alturas y de gestión de recursos hídricos posibilitan el desarrollo de cultivos locales en sitios con condiciones de adversidad.
Por ejemplo, la práctica de los caballones o waru waru implica la construcción de canales de agua para evitar que los cultivos se congelen, en sitios donde se experimentan grandes oscilaciones de temperaturas entre el día y la noche.
Mirar hacia el pasado para pensar el futuro
Para frenar el cambio climático, proteger la biodiversidad y luchar contra el hambre y la pobreza, el mundo debe cambiar hacia una agricultura sostenible que permita restaurar los ecosistemas.
Para ello, podemos aprender mucho de los sistemas ancestrales de cultivos. Sus enseñanzas serán muy útiles para afrontar el desafío del uso eficiente de los recursos naturales. El cambio de paradigma necesita, además, la implicancia de gobiernos y comunidades.
Por otra parte, según un estudio reciente publicado en la revista Grain, la producción mundial de alimentos podría duplicarse en una década si se implementaran políticas correctas relacionadas con la conservación y aplicación de métodos de la agricultura indígena, campesina y tradicional.
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