Nunca volverás a probar otra bebida, teniendo la opción de esta pausa increíblemente cremosa y sabrosa. Te enseñamos la receta de un verdadero café napolitano.
Da igual si se trata de un frío invierno o un caluroso verano, cuando estamos en compañía de amigos o al despertar por la mañana, siempre será un placer un café caliente. Es la bebida por excelencia, donde el espresso ha sido replicado de mil formas, incluso por grandes marcas como Starbucks.
Es la excusa perfecta para relajarse y distraerse durante unos momentos en buena compañía. El café, ciertamente la relajación total, bien preparado sólo consigue ampliar esa sensación. Es por ello que queremos ofrecerles la mejor y más famosa versión.
Se trata, evidentemente, del café napolitano. Denso en su justo punto, cremoso, para disfrutarlo aún caliente y con todo su increíble sabor. Vamos a enseñarte, por ello, a prepararlo a la perfección.
Algunos trucos para preparar el mejor café napolitano que existe
No es suficiente con llenar la moca, ponerla al fuego y dejar que se prepare. Es muy sencillo ofrecer así una taza de café. Hay que implementar algunos trucos sencillos para que quede cremoso y perfecto en segundos. Sin embargo, hay que determinar cómo ha de ser preparado el café napolitano perfecto, cuando a muchos todavía les encanta usar la cafetera.
Lo primero que debemos tener en cuenta es la elección del café. Comprar cereales integrales será siempre mejor. Estos serán molidos en el momento para lograr un sabor tostado y fresco. Es posible comprar a granel en alguna tienda dedicada a la venta en polvo, si no contamos con un molinillo de café. Es importante llenar el depósito de moca con agua templada/caliente y no fría como se suele hacer.
Habiendo introducido el filtro, lo llenamos de café en polvo sin hacer el montículo. Esto es de suma importancia, porque de otro modo, sería el café el que impediría que el agua hiciera infusión adecuadamente. En una taza pequeña introduce 3 cucharaditas de azúcar y vierte las primeras gotas de café que salgan. Mezcla enérgicamente y sin parar para conseguir una crema ligera de color capuchino.
Vierte la nata en una jarra o tazón de paredes altas y, una vez que el café se haya dispensado, añade al primero y remueve nuevamente. Se creará un aterciopelado sabroso, fragante e inconfundible en la superficie. Sirve caliente en tazas calentadas y ya está. El mejor café napolitano está listo.