No, no es un engaño, se puede preparar un Ferrero Rocher fit sin sacrificar absolutamente nada de su dulce sabor. Parece un cuento de ciencia ficción, pero sigue leyendo y verás lo real que es.
La prueba de vestuario falló estrepitosamente y ahora toca el castigo: tristes y vacías ensaladas como las cuentas bancarias. No sólo en la vida, sino también en la cocina, puedes hacer y ser mucho más: sólo hace falta reinventarse.
Las últimas imágenes de la NASA nos recuerdan una verdad a la cual somos muy propensos a olvidar. No somos otra cosa más que un miserable punto en la inmensidad de un universo que ríe a carcajadas frente al dramatismo e importancia que le damos a problemas insignificantes que nosotros mismos hemos creado. Es completamente inútil la extrema urgencia con la que nos hemos rodeado.
Claro que esto no implica que nos atoremos a comida como si no hubiese un mañana y, como sólo hay una vida, vivir cada día como si fuese el último. Con esa conducta sin control, el mañana sería anulado. Lo importante es siempre mantener un equilibrio entre las cuestiones de la vida; tales como evitar caer en adicciones que nos arruinen la existencia, hacer dieta o lograr vestir nuestras prendas favoritas.
No hay necesidad de pasar hambre o restringir la alimentación a ensaladas insípidas, sólo para verte bien y hermosa durante tres meses al año, o esconderte debajo de la ropa durante todo el resto del año. Hay que comer sano, de forma variada y equilibrada, y es por ello que, aunque parezca ciencia ficción, los Ferrero Rocher pueden formar parte de tu dieta.
Es hora de vencer esa incredulidad, entrar a la cocina y apartar, momentáneamente, la lechuga, los rábanos y esa lamentable colección de tés para desintoxicar –estos son malos, pero es un tema para otro día-. Ahora nos enfoquemos en las golosinas. Esos pequeños dulces que brindan un enorme placer, no te vas a arrepentir.
Vas a volverte loco con este mousse de Ferrero Rocher
Si se te hace agua la boca de solo pensarlo, hazlo, y hazlo bien. Esta joya culinaria viene a compensar las ganas de algo dulce hasta en esos momentos más críticos. Por otro lado, su preparación es rápida y sencilla. En fin, no puedes pedir más.
Esto es lo que vas a necesitar:
- 100 g de Philadelphia Light, o cualquier queso crema untable
- 15 g chocolate negro 90%
- 10 g de avellanas o frutos secos al gusto
- 1 cucharadita de miel (opcional)
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Preparación:
Derrite el chocolate en el microondas durante 30 segundos o a baño maría si no dispones del electrodoméstico. Bate el chocolate derretido junto con el queso crema usando un batidor, preferentemente eléctrico. Decora con avellanas picadas cubriendo el mousse.
Ya puedes consumirlo o puedes optar por enfriarlo en la heladera. Si le agregas una cucharadita de miel, antes de batirlo todo, le darás una nota incluso más dulce. Ya está listo para disfrutar sin culpas.