Un vecino creó su propia selva urbana para refrescar su hogar. Ahora busca expandir su idea a los techos de las favelas.
Luis Cassiano sufría mucho el calor en su casa de la favela Parque Arará, al norte de Río de Janeiro. Se puso manos a la obra y creó su propio tejado verde. Hoy no se imagina vivir sin el “fresquinho” de su terraza repleta de suculentas, cactus, bromelias, palmeras. Y por eso trabaja arduamente en un proyecto para instalar techos verdes en las favelas.
«Techos Verdes Favela» es el nombre de la iniciativa. Lo que se busca es mitigar el efecto de la isla de calor urbana y purificar el aire en estos barrios superpoblados de la capital de Brasil. Y todo con una medida tan eficiente como sostenible.
Antes de comenzar con su proyecto personal, Cassiano se interiorizó en las técnicas de la instalación de los jardines aéreos. Su origen se remonta a los jardines de Babilonia de la Antigüedad y en algunos países como Alemania se han masificado. También en ciudades ciudades como Sidney o Copenhague.
Los tejados verdes representan una especie de pulmones verdes, que aseguran la regulación de la temperatura en sectores urbanos donde prevalece el cemento, como las favelas. Y en el norte del Brasil, donde se potencia el calor por la humedad natural del clima, serían una solución muy viable.
De una experiencia personal a un sueño comunitario
El protagonista de esta historia nota cómo en su hogar la temperatura desciende al menos entre 10 y 15 grados centígrados en relación a lo que marca el termómetro en la ciudad. Y esto solo gracias a la presencia de sus plantas.
“Soy una persona que siente mucho el calor y sin ese tejado no podría mantenerme aquí. Cuando lo implementé, lo hice por una situación de auxilio, porque yo no aguantaba llegar del trabajo y tener todo ese calor aquí dentro”, subrayó el ambientalista de Techos Verdes Favela.
Parque Arará es su comunidad, donde 9.000 personas conviven entre precarias viviendas y comercios separados por estrechos pasajes. La favela está asentada en un terreno lejos del mar, en el que antes existía un manglar.
El proyecto para sembrar techos verdes en las favelas impactaría además en una mejora de la calidad del aire y ayudaría a evitar inundaciones. También optimizaría el consumo energético, logrando una climatización natural de los ambientes.
Trabajar por un pulmón verde para Parque Arará
Los esfuerzos realizados por Luis Cassiano cuentan con el apoyo de otras organizaciones como Enactus. Esta ONG promueve el emprendimiento social y facilita el soporte informativo y de investigación con el auspicio de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
Hace seis años que el proyecto está en marcha. Pero todo marcha lento. Encuentra resistencia entre los habitantes de la favela, que se muestran impacientes ante este trabajo a largo plazo. Muchos no están de acuerdo con las tareas de mantenimiento que deberán realizar; tampoco están dispuestos a realizar una inversión inicial.
Y aunque la compra de insumos al por mayor agilizaría los problemas concernientes al presupuesto, abaratando los costos, el avance de la iniciativa podría verse truncado también por la falta de interés para aprender las técnicas de su implementación.
La pandemia fue la causante de la paralización del proyecto por la pérdida de fuentes de trabajo de muchos pobladores, y por la falta de apoyo de autoridades de la Alcaldía de Río que tuvieron que postergar un plan de mejoras para el sector. A futuro podrían analizarse las posibilidades de incluir este proyecto.