¿Una Tercera Guerra Mundial sería nuestra perdición? Con el poder armamentístico actual, sobre todo con las armas nucleares, es bastante probable: he aquí por qué.
Con el conflicto que está teniendo lugar en Ucrania, tanto Europa como el resto de los estados occidentales temen que la violencia escale cada vez más por parte de Rusia. Por esta razón, aparece en el horizonte una posible Tercera Guerra Mundial.
¿Es razonable cuestionarse el impacto que tendría un nuevo conflicto a escala mundial? Para mucha gente, el hecho de contar con armas de gran poder destructivo es motivo suficiente para preocuparse. En el último tiempo hubo una serie de declaraciones expresadas con tono amenazante respecto del uso de armas nucleares de parte del gobierno ruso, aunque es imposible que Putin no tenga en cuenta las consecuencias que esto tendría para su propio país…
De todos modos, la tensión actual entre Occidente y Oriente tiene el aspecto de una nueva Guerra Fría. Nadie quiere dar un paso en falso, de manera que este aparente equilibrio (más allá de la horrible tragedia que atraviesa el pueblo ucraniano) es efecto de un delicado análisis de los movimientos y pronósticos a realizar por parte de los líderes mundiales.
Pero, ¿qué pasaría realmente si efectivamente tuviera lugar una Tercera Guerra Mundial? La universidad de Princeton (Estados Unidos) se hizo la misma pregunta, así que elaboró una simulación para tener alguna idea de qué ocurriría.
Tercera Guerra Mundial: ¿Qué nos espera?
Las consecuencias devastadoras que tendría una Tercera Guerra Mundial fueron simuladas por un experto en ingeniería y asuntos internacionales, Alex Glaser, en 2019. Específicamente, se proyectó una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia.
Según la simulación titulada “Plan A”, creada con el programa Science & Global Security, en caso de que estas dos superpotencias recurrieran al uso del armas nucleares, aproximadamente 90 millones de personas morirían en el acto o resultarían gravemente heridas apenas unas horas después de comenzado el conflicto.
Este proyecto tiene la intención de poner el foco en los efectos devastadores que tendría un conflicto internacional en el que la energía nuclear sea el actor principal. Según la simulación, el conflicto tendría tres etapas: comenzando con un ataque aéreo a la basa de la OTAN en Europa por parte de Rusia, algo que no hay que subestimar. Pasadas tan sólo tres horas, los muertos ascenderían a 2,5 millones.
La segunda etapa iniciaría con contraofensivas entre ambos ejércitos, tanto con tropas terrestres como lanzando misiles desde bases terrestres y marítimas. En apenas 45 minutos, habría otros 4 millones de muertos.
La última fase, no obstante, sería la peor: las bombas nucleares serían lanzadas por decenas hacia las principales capitales de cada bando, dejando un saldo de aproximadamente 100 millones de muertos en las primeras 5 horas. Se trataría, pues, del final de ambas civilizaciones, una masacre sin precedentes.