Aunque usemos diariamente la esponja, no es una práctica tan limpia como se suele pensar. Lo cierto es que las esponja pueden contener mucho más.
Durante ese descanso de las tareas domésticas, antes de lavar los platos, repasa lo que esta investigación noruega dice acerca de que las esponjas de limpieza: contienen muchas bacterias. Claro que esto no es algo nuevo y la mayoría de esas bacterias son inofensivas para nosotros.
Pero la salmonela es una excepción muy común que contamina el plato y los alimentos que se consumen posteriormente. El estudio al cual nos referiremos se llevó a cabo en Portugal y Noruega.
También se obtuvo información sobre los cepillos de cocina, dado que es un instrumento muy utilizado tanto en Noruega como en Dinamarca. Se lo usa como una alternativa a las esponjas. Pero, como ya dijimos, si bien es una práctica extendida no es la más limpia de todas.
La esponja y su microbiología
La buena noticia es que los investigadores no encontraron patógenos en cepillos y esponjas, aunque si hay mayor concentración de bacterias en las esponjas que en los cepillos. La salmonela se concentra especialmente en ambos utensilios, pero tiene mayor incidencia en las esponjas, más allá de cómo se almacenen.
Lo que ocurre con las esponjas es que, dada su estructura, las bacterias quedan atrapadas y está claro que al tratarse de un objeto con humedad, el crecimiento de bacterias se ve favorecido. Claro que si no tienes intenciones de usar una esponja nueva por día, te contamos sobre una solución mucho más práctica y eficaz.
Como han mostrado los investigadores noruegos, hay una alternativa válida e higiénica para evitar los riesgos que suponen las esponjas de cocina: los cepillos. Ya se habían ocupado de la suciedad de las esponjas y de los peligros que suponen para la salud, y lo que han determinado es que su potencial daño proviene de la capacidad de estos instrumentos para retener el agua. Como el cepillo se seca con mayor facilidad, tiene menos probabilidades de que proliferen las bacterias.