El mundo está lleno de lugares para recorrer, pero estos tres sitios para hacer trekking te dejarán las piernas cansadas y el corazón contento.
El trekking o senderismo es una actividad que nos conecta al máximo con la naturaleza. Nos valemos de nuestro esfuerzo físico para progresar en un paisaje tan agreste como natural para tener una hermosa recompensa: paisajes únicos.
Para hacer esta actividad debes tener buen estado físico. Querrás que te sobre el aire para disfrutar del paisaje y que las piernas te respondan para caminar en senderos de piedra. Una actividad de trekking puede demandar muchas horas, hasta incluso días. Por eso es elemental estar en forma.
En esta nota te dejamos tres senderos en el planeta en el que puedes disfrutar de montañas, bosques, glaciares y paisajes de cuentos.
Laguna de los Tres (Argentina)
Es uno de los senderos más famosos y se encuentra en la capital nacional del trekking de Argentina: El Chaltén. Para alcanzar esta bella laguna color esmeralda (producto del deshielo) hay que caminar cerca de tres horas.
Hay dos formas de llegar. Una es partiendo desde el mismo Chaltén o desde la Hostería El Pilar. La segunda opción es menos pesada porque está mucho más cerca, pero necesitarás un vehículo para ir al lugar.
El sendero serpentea por un bosque sacado de cualquier cuento de fantasía. Árboles, praderas, flores, arroyos y glaciares acompañan todo el camino. La llegada al campamento Poincenot marca que estamos relativamente cerca de nuestro destino, porque un poco más adelante arranca una trepada “matadora” que lleva cerca de una hora.
Al final de esta subida está la impactante Laguna de los Tres, coronada por las agujas de granito Saint Exupery, Poincenot y Fitz Roy (el sueño de todo escalador).
Camino del Inca (Perú)
Para los amantes del trekking y la cultura, no hay dudas de que el Camino del Inca es la opción. Este sendero es un viaje soñado por muchas personas, ya que adentrarse en la selva cusqueña es un viaje ancestral por la cultura inca.
Este camino tiene 42 kilómetros y puede tomar entre dos y cuatro días recorrerlo. Estos senderos comunicaban el imperio incaico en toda su extensión. El Camino del Inca parte desde la ciudad de Cusco (o Cuzco) y lleva a Machu Pichu.
Recorrer esta senda es una preparación espiritual para lo que estás por ver, porque no hay nada en el mundo que se parezca a la ciudad sagrada.
El paisaje es de esos que cortan el aliento cuando terminas la trepada que te lleva al ingreso del Machu Pichu. Frente a ti aparecerá la montaña Huayna Pichu y debajo de ella una ciudad diseñada a la perfección para la vida y el desarrollo económico antes del siglo XV.
El diseño de las parcelas dedicadas al cultivo, la arquitectura de los templos y los espacios de vida en comunidad son increíbles. Todos fueron pensados para sacarle el máximo provecho a la luz del sol y a la meteorología del lugar durante todo el año.
Para muchos es una experiencia sobrecogedora, es increíble pensar cómo se construyó con piedras esta ciudad tan perfecta, en un tiempo tan lejano.
La cercanía con la montaña, el verde de la selva y el juego entre las nubes y el sol hacen que todo el tiempo el paisaje cambie. Una vez que llegas al Machu Pichu las energías vuelven a las piernas. No terminas de recorrerlo nunca y quisieras conocer cada rincón.
Mildford Track (Nueva Zelanda)
Para muchos es el mejor sendero de trekking del mundo. Esta senda recorre 53 kilómetros por bosques y lagos partiendo de Glade Wharf. Desde aquí te encontrarás con una variedad de atracciones en el camino.
Cascadas, agujas de granito gigantes, bosques muy densos, ríos extremadamente claros. Mildford Track tiene todos los ingredientes para sacarle el aliento a cualquiera. Muchos quedan maravillados con los puentes colgantes.
Recorrer esta senda no puede llevar más de cuatro días, por disposición del gobierno de Nueva Zelanda. Es por esto que realizar esta travesía es un verdadero desafío físico.
Como todo trekking, Mildford Track tiene su premio. En este camino cada uno elegirá cuál es, pero para muchos está en la cascada Sutherland, la más alta de Nueva Zelanda, con una caída de 580 metros.
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