Fundación Vida Sostenible diseñó una calculadora de huella ecológica con la que podrás medir el impacto que tu modo de vida tiene sobre el medioambiente.
«Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo», escribía el escritor uruguayo Eduardo Galeano. Y en materia de cuidado del medio ambiente lleva razón: si logramos reducir el impacto ambiental que ocasionamos con nuestro estilo de vida, seguramente lograremos beneficiar al planeta.
El concepto de huella ecológica –ecological footprint en inglés- fue elaborado por William Rees y Mathis Wackernagel tras investigar acerca de los patrones de consumo y la producción de desechos de una población. Se trata de un indicador de sostenibilidad, es decir, mide el impacto de nuestro modo de vida sobre el planeta.
¿Y esto que significa? Que midiendo tu huella ecológica puedes saber qué tan sostenible es tu vida. En otras palabras, conocer si llevando la vida que llevas eres amigable con el medioambiente o, por el contrario, estás contribuyendo a destruirlo.
Cómo medir tu huella ecológica
Ser o no ser sostenibles, esa es la cuestión. Si conocemos nuestra huella ecológica podremos luego implementar medidas para reducir nuestro impacto negativo en el entorno. Por ejemplo, adoptar hábitos de consumo energético más eficientes, disminuir la cantidad de residuos o ser más conscientes del uso de los medios de transporte.
Para ello, la Fundación Vida Sostenible diseñó una calculadora de huella ecológica. Con esta herramienta podrás observar qué aspectos debes tener en cuenta para lograr un estilo de vida más sostenible. Sólo tienes que ingresar a su web vidasostenible.org, buscar la calculadora y hacer clic en comenzar.
La herramienta indaga acerca del medio de transporte que más utilizas, cómo es tu casa, si reciclas, si usas la calefacción, con qué frecuencia haces la compra, si tienes plantas. Con estos y otros indicadores más, se realiza el diagnóstico.
Y el resultado te sorprenderá: te dirá cuántos planetas necesitarías para continuar viviendo como lo haces actualmente.
¿Y esto por qué? Porque los seres vivos contamos con un territorio limitado (un planeta y sólo uno) para producir los recursos que utilizamos y para asimilar todos los desechos que producimos. Si el diagnóstico señala que para tu forma de vida un planeta no alcanza, significa que estás contaminando y agotando recursos naturales. La buena noticia es que, sabiendo esto, puedes ser más sostenible.
Preguntas claves para el cambio
«Si todos viviéramos como tú, necesitaríamos 2.5 planetas para vivir». Si al ver el diagnóstico lees algo como esto, podrás entender que nuestra forma de vivir, y absolutamente todo lo que hacemos, tiene relación con el desgaste que vamos ocasionando al planeta.
¿Qué superficie tiene tu vivienda y con quién vives? o ¿en qué tipo de vivienda vives? son algunas de las preguntas claves para comprender qué aspectos de nuestra vida requieren de un cambio. Por ejemplo, la cantidad de metros cuadrados de vivienda por habitante tiene relación con el deterioro ambiental: si se trata de vivienda colectiva, los servicios son compartidos, ahorrando recursos energéticos.
La calculadora de huella ecológica de Fundación Vida Sostenible te orientará, además, acerca de cambios que podrías implementar. Por mencionar algunos:
- Ir a hacer la compra con frecuencia y en tiendas próximas estimula el comercio local, ahorra dinero y se consiguen productos de mejor calidad.
- Mejorar el aislamiento de tu casa.
- Practicar el riego economizador.
- Buscar soluciones para refrescar nuestra casa mucho más baratas y muy eficaces que el aire acondicionado.
Estos ejemplos sirven a modo de reflexión para ilustrar cuánto afectan cada una de nuestras decisiones de consumo y nuestro estilo de vida al medioambiente.
Puntos a considerar para una vida más sostenible:
- Construcciones: Si vas a construir, puedes utilizar materiales de construcción ecológicos como ladrillos de PET o de residuos de minería, paneles de ecomadera, concreto resistente a base de caña de azúcar, vidrio reciclado y aberturas recicladas.
- Transporte: Puedes hacer carpooling, pero si prefieres tener un medio de transporte propio apuesta por un auto eléctrico. Utiliza bicicletas, ciclomotores eléctricos y patinetas.
- Consumo de energía: Coloca paneles solares para calentar agua de piscinas y termotanques, iluminar sectores del hogar. En algunos lugares del mundo incluso instalan jardines solares comunitarios que funcionan como una usina para proveer electricidad a vecindarios o consorcios de edificios que no tienen espacio propio para instalar sus paneles solares.
- Menos químicos en casa: Los productos de limpieza contienen sustancias químicas tóxicas y contaminantes que comprometen las napas subterráneas de agua y llegan a los vertederos, contribuyendo a la degradación ambiental. Podemos encontrar en el bicarbonato y el vinagre dos aliados para reemplazar la lavandina, el detergente u otros productos.
- Alimentación: Comprar productos locales y frescos a granel. Evitar alimentos con envases plásticos, especialmente los de un solo uso, y priorizar todo lo que se pueda reciclar. No desperdicies comida e intenta minimizar lo más que se pueda el consumo de carne.
Hay muchos otros consejos para adoptar un estilo de vida ecofriendly, lo importante es analizar qué medidas puedes tomar para disminuir tu impacto ambiental. Si quieres conocer tu propia huella ecológica y descubrir recomendaciones para minimizarla te recomendamos probar esta herramienta .
Vivimos en un mundo de alternativas, tomando las decisiones correctas entre todos podemos trabajar para proteger a nuestro planeta en comunidad. Empecemos por casa y seamos inspiración para contagiar sostenibilidad.