El turismo de volcanes implica acercarse a estos imponentes monstruos de roca y lava para experimentar toda su belleza.
Imposible no caer ante el hechizo hipnótico de los volcanes. Basta con toparse con la figura de una de estas moles en el horizonte para caer en este embrujo de la naturaleza. El nivel de asombro es directamente proporcional a la cercanía con estas aparentes montañas.
¿Alguna hiciste turismo de volcanes? El entorno se transforma alrededor de ellos. Si hay lagos y tienen playas, sus arenas suelen ser negras. Las rocas (lava solidificada) son ásperas, filosas y porosas, parecen el mejor tributo al agua. Ríos de roca esculpidos por magma.
Ver un cráter humeando desde la la cumbre de un volcán activo es un privilegio único. Por eso te dejamos cinco recomendaciones para disfrutar de esta actividad en diferentes puntos del planeta.
1. El Cinturón de Fuego del Pacífico
El sistema volcánico conocido como Cinturón de Fuego del Pacífico ofrece esta vivencia única en América del Sur. El gran desafío es subirse a la cumbre del volcán Lanín (Argentina) para dejarse maravillar por la Patagonia, que se expande con sus bosques y lagos bajo tus pies.
En el paisaje, mirando desde el glaciar de la cima del Lanín hacia el oeste, irrumpen los volcanes Osorno y Villarrica (Chile). Este último es considerado el volcán más activo de Iberoamérica y, por lo general, se puede observar el cráter humeante que corona a este cono blanco.
Tener esta experiencia requiere entrenamiento y conocimiento de técnicas de travesía en montaña y glaciar. El ascenso a la cumbre del Lanín es exigente; lleva varias horas ya que hay que montarse sobre una cara de la montaña que tiene una inclinación de 45 grados hacia la cumbre.
2. Kilauea, el rey del turismo de volcanes
Para los amantes de la adrenalina y los volcanes en erupción, el volcán Kilauea (Hawaii) es el destino indicado. Se trata de uno de los volcanes más activos del mundo. Sus constantes erupciones y ríos de lava han sido responsables de la evacuación de miles de personas.
Durante la aproximación al Kilauea es posible ver cómo la lava desciende al océano y cómo el agua burbujea cuando se produce este contacto. Una experiencia única.
3. Italia, el corazón europeo del turismo de volcanes
Italia tiene también una fuerte tradición volcánica. El Etna, en la costa de Sicilia, es uno de los famosos. A finales del siglo XX tuvo reiteradas erupciones que dejaron centenares de casas destruidas.
El volcán Estrómoboli es otro de los atractivos de esa región. Es conocido comoel “faro del Mediterráneo” por sus frecuentes erupciones nocturnas, lo que atrae también a muchos turistas.
Y si hablamos de volcanes italianos, una visita al Vesubio no puede quedar fuera de esta lista. Está a nueve kilómetros de Nápoles, por lo que se considera a esta región como la zona volcánica más densamente poblada del mundo: más de tres millones de personas habitan el área.
El Vesubio ocupa un gran lugar en la Historia. Su erupción más potente se dio en el año 79, cuando unas 30.000 personas habitaban en la zona, en las ciudades romanas Herculano y Pompeya. Ambas han quedado muy conservadas bajo toneladas de cenizas y rocas volcánicas.
4. Al cima de un volcán en teleférico
El Teide, el pico más alto de España, es otro de los volcanes que deberías visitar. Tiene una altura de 3.718 metros sobre el nivel del mar. Desde 1909 no entra en erupción. Puedes llegar hasta su pico en teleférico y disfrutar de unas hermosas vistas sin hacer mayor esfuerzo.
5. Monte Mayón, el cono perfecto
El monte Mayón, conocido como el “cono perfecto”, es uno de los grandes atractivos de Filipinas. Por la incidencia de su actividad, es conocido como uno de los volcanes más destructivos del mundo. Al monte Mayón se la adjudica la muerte de más de 1.200 personas en los últimos 200 años.