Tanto en la cocina como en el baño, o donde sea, puedes obtener azulejos blancos y brillantes con este ingrediente especial y económico.
Aunque con este calor no pasemos demasiado tiempo en la cocina y mucho en la ducha, no cabe duda de que al menos un período mínimo que nos permita preparar la comida, es necesario. Aunque sea algo rápido y al paso, o un filete de carne o pescado a la parrilla.
Sea como sea, no importa cuánto tiempo pases en la cocina o el baño, los azulejos deben lavarse inmediatamente para evitar manchas que terminen opacándolos. El mercado está lleno de productos para estos fines, pero que a menudo sus ingredientes no son adecuados para las baldosas.
El resultado final, tanto para el tacto como para la vista, puede ser aceitoso. Pero hay un ingrediente puntual que solemos usar para condimentar nuestras comidas que tiene un gran poder desengrasante y blanqueador. Veamos de qué se trata.
Baldosas blancas y brillantes con este ingrediente especial
A veces olvidamos que la naturaleza, efectivamente ofrece lo que necesitamos y terminamos explotando productos poco genuinos. La limpieza también se incluye en este punto, sobre todo cuando optamos por productos muy corrosivos. Podemos aprovechar las propiedades de un ingrediente casi mágico que desde la antigüedad es usado por sus propiedades blanqueadoras.
Nos referimos a una hierba aromática, de olor fuerte y penetrante. Su sabor casi balsámico le da un sabor veloz a la comida y también puede quemarse para aromatizar y purificar el ambiente. La salvia; sólo ella.
La salvia es una hierba utilizada desde la antigüedad por la enorme cantidad de propiedades que tiene. Entre ellas podríamos mencionar su capacidad depurativa, especialmente del aire; utilizada también por chamanes para curar y exorcizar. Pero muchos no saben que su poder blanqueador también podría ser aprovechado.
Todo lo que debes hacer es llenar una olla con 2 tazas de agua, y, agregando 5 hojas de salvia fresca, dejamos que hierva. Luego, filtra la mezcla y colócala en un rociador junto a media taza de vinagre de vino blanco. Sacude y pulveriza sobre las baldosas manchadas, amarillentas y sucias, dejando que actúe durante 5 minutos. Después solo deberás frotar con una esponja de cocina y el resultado te va a sorprender.