Los snacks son especiales para calmar un poco el hambre, sobre todo cuando no hay tiempo. Hay, sin embargo, un secreto que se esconde en la forma de los crackers y que es la clave para entender por qué son tan apreciados.
Hay muchas clases de crackers, y muchas formas de acompañarnos. Se pueden comer con tomate, aceitunas, queso, etc. La base, no obstante, es siempre la misma. Y es gracias a ella que podemos hacer desde meriendas rápidas hasta recetas elaboradas. Son realmente prácticos, ya que nos sacan de apuros cuando no sabemos qué comer cuando vienen visitas o cuando hay que matar el tiempo de alguna manera, especialmente si ya pasó la hora del almuerzo o todavía no llegó la de la cena. En definitiva, son la mejor opción para calmar el apetito en horas intermedias.
¿Deseas un aperitivo rápido y práctico? Pues bien, los crackers te pueden salvar la vida. No importa los ingredientes que le pongas, ¡siempre funcionan!
Sin embargo, hay que tener en cuenta que una dieta no puede basarse en estos bocadillos. Es sencillamente una excepción, y no se debería comer en exceso. Sobre todo teniendo en cuenta los carbohidratos que suelen contener y también los conservantes, pues no son en absoluto un producto fresco.
Ahora bien, si se trata de un consumo moderado y como excepción a la regla, siempre es bueno contar con un paquete de crackers en la despensa. Pero hay algo que llama la atención y es lo que caracteriza a estas galletas: todas tienen la misma forma. ¿Sabes acaso por qué es así? Déjame adelantarte que no es una cuestión meramente estética.
¡El dato que no conocías sobre los crackers!
Es un detalle sorprendente y al mismo tiempo sencillo el que diferencia a los crackers de otro tipo de galletas. En principio, dados los ingredientes y la manera en que se combinan, la forma de estos snacks debería ser otra, pero existe un truco que hace que adquieran esa forma tan particular, y que a continuación te revelaremos.
Pero, otra vez: ¿qué es lo que las diferencia de otro tipo de galletas? En principio, lo primero que se nos puede venir a la mente es que los crackers no leudan. Así, pues, mantendrían esa forma plana que las caracteriza. Y sin embargo, este no puede ser el único factor, porque deberían inflarse de todos modos al pasar por el horno debido a su hidratación.
¡El secreto está en los agujeros! Eso es lo que los hace únicos.
Probablemente te haya parecido toda la vida que los agujeros estaban solamente a modo de decoración, pero no. Además de ser una característica estética tiene una función bastante práctica: mantiene la forma mediante el proceso de cocción y además les da ese toque crujiente que tanto nos gusta.
Gracias a esos agujeros, el vapor puede escapar, y de esta manera se evita la formación de burbujas al llegar a altas temperaturas. Mientras más orificios tenga la masa, más rápido se evapora el agua en su interior y los crackers salen más crujientes. De lo contrario, esa misma masa sería mucho más suave, pero el resultado sería una galleta totalmente distinta.
En definitiva, nada que tenga una función importante en el mundo culinario se deja librado al azar: ¡los detalles son siempre la clave!